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Arquitectos: CREUSeCARRASCO Arquitectos
- Área: 206 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Luis Díaz Díaz
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Proveedores: Hansgrohe, Fontini, Hisbalit, JNF, Jaga, Roca, Saunier Duval
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Vivienda situada dentro del Casco Histórico de Corcubión, catalogada y afectada por el ámbito propuesto para BIC de la Iglesia de San Marcos. La historia sitúa su origen en 1431 como Hospital de Peregrinos hasta que, durante la invasión francesa en 1809, se convierte en Polvorín. Desde mediados del s. XIX ha sido vivienda hasta su estado de abandono, previo a la intervención.
Tipológicamente definida por dos volúmenes independientes, rodeados por muros de mampostería de unos 70cm de espesor con pequeños huecos en ventanas y puertas, la construcción se posiciona entre dos calles a distinto nivel, aprovechando esta situación para abrir un acceso en cada planta.
La propuesta mantiene el total respeto por esta configuración y volumen, incluso aprovechando la posición base de la escalera original. También el criterio constructivo de utilizar los materiales que la casa tiene: estructura, forjados, pavimentos y carpinterías de madera, cubierta de teja.
Dada la escasa entidad de los huecos de fachada y su orientación norte predominante, existe una necesidad importante de entrada de luz natural. Así, aunque el programa no deja de ser convencional (con un salón, cocina-comedor, dormitorio principal, dormitorio secundario y un tercer espacio que puede utilizarse de dormitorio de invitados o de despacho), la creación del “patio cubierto” interior, próximo a las entradas y escalera, permite una interpretación totalmente nueva que afecta a las estancias, estableciendo relaciones visuales y formales a través de él en distintos niveles y mediante diferentes mecanismos de permeabilidad.
De esta forma, el exterior de una casa que no cambia la escena urbana, reforzando su interés como testigo histórico, contrasta con un interior lleno de luz y movimiento fluido a través del patio.
A pesar de la escasa dimensión de su planta, la introducción de un vacío que recorre toda su altura, enlazando entradas y escalera, permite una distribución muy clara que relaciona los grados de privacidad de su interior mediante una arquitectura de madera que filtra la luz.